Fábrica de aluminio verde en Sucre: Un reto territorial.

La instalación de una fábrica de aluminio verde en el departamento de Sucre representa una transformación sin precedentes en la estructura productiva de la región. Con la generación estimada de 20.000 empleos, este proyecto tiene el potencial de posicionar a Sucre como un nodo industrial clave en Colombia y América Latina.

Sin embargo, para que esta inversión genere un impacto positivo y duradero, no basta con celebrar la llegada de la industria. Es necesario asumir con responsabilidad los retos territoriales, económicos, sociales y ambientales que implica su desarrollo.

El éxito de la industria dependerá de la construcción de una visión de futuro bien articulada, una planificación territorial estratégica y la capacidad de integrar lo global con lo local.

El proyecto de la fábrica de aluminio verde no es un hecho aislado. Su instalación en inmediaciones de la zona portuaria sucreña le otorgaría ventajas logísticas en los procesos de importación y exportación, mientras que la zona industrial y minera de Toluviejo será clave para la provisión de materiales y servicios.

Esta zona debe adaptarse a prácticas sostenibles para alinearse con la producción de aluminio verde, buscando que la integración con la fábrica permita consolidar un clúster industrial que fortalezca la cadena de valor del aluminio verde. Además, la posibilidad de utilizar energía geotérmica en San Antonio de Palmito le añade un componente innovador de sostenibilidad.

Sin embargo, su impacto irá más allá de estos municipios. Sincelejo, como capital departamental, se consolidará como centro de servicios, formación de talento y articulación económica.

Su capacidad para absorber el crecimiento poblacional y económico dependerá de una planificación urbana integral, la modernización de infraestructuras y la implementación de estrategias de metropolización y fortalecimiento de los enlaces territoriales que optimicen la conectividad.

La llegada de una industria de esta magnitud no puede generar un crecimiento desordenado ni profundizar desigualdades. Es fundamental consolidar un modelo de desarrollo policéntrico, donde Santiago de Tolú, San Onofre, Toluviejo, San Antonio de Palmito, Sincelejo, Corozal, Morroa y Sampués se complementen en infraestructura, servicios y empleo.

Se deben actualizar los planes de ordenamiento territorial, previendo el fortalecimiento de la cadena productiva asociada a la fábrica. Asimismo, deben garantizar estrategias para la nueva vivienda, la movilidad supramunicipal, calidad ambiental territorial y el acceso a servicios y equipamientos para los trabajadores, sus familias y para la comunidad en general.

El éxito del proyecto dependerá de la conectividad entre los municipios clave. Es necesario mejorar la movilidad en el eje Sincelejo, Toluviejo, Santiago de Tolú, fortalecer la logística para garantizar el abastecimiento de la fábrica y la distribución de productos, e impulsar la movilidad sostenible, evitando congestionamientos y afectaciones ambientales. Es el momento para replantear el Tren RíoMar y su enlace al Tren Caribe.

El desarrollo de la energía geotérmica y de energía solar podría posicionar a Sucre como referente en producción sostenible. No obstante, esto requiere investigación y desarrollo para determinar su viabilidad técnica y ambiental, inversión en infraestructura energética para integrar esta fuente a la red industrial y políticas públicas adecuadas.

La instalación de la fábrica no debe afectar el turismo en Tolú y Coveñas, sectores que son motores de la economía sucreña. Se requiere diseñar estrategias de desarrollo complementario, donde la industria y el turismo coexistan sin conflictos, garantizando un manejo ambiental responsable, evitando contaminación o deterioro del paisaje, y fortaleciendo el turismo sostenible, promoviendo nuevas ofertas de valor en la región, teniendo en cuenta el ecoturismo, el patrimonio arquitectónico y urbano, y la riqueza cultural.

La fábrica responde a una demanda global de materiales sostenibles, pero su impacto debe sentirse en la economía local. Para ello, es clave impulsar el desarrollo de proveedores locales, integrando pequeñas y medianas empresas a la cadena de valor, fomentar la capacitación de la mano de obra sucreña, evitando que los mejores empleos se vayan a personal foráneo, y asegurar que los beneficios económicos se redistribuyan en la región, impulsando nuevos sectores productivos.

Para que los sucreños puedan aprovechar las oportunidades laborales y de negocios, es fundamental una estrategia territorial de educación y bilingüismo.

La fábrica atraerá inversores y clientes internacionales, lo que demanda fortalecer el inglés en colegios,universidades y centros técnicos, impulsar la formación en habilidades tecnológicas y de innovación, así como crear alianzas con el SENA, universidades y empresas para garantizar una oferta educativa alineada con las necesidades de la industria.

Este proyecto tiene el potencial de transformar nuestro territorio y sus comunidades; el éxito no será automático.

Si se abordan con éxito los retos de planificación, infraestructura, sostenibilidad, educación, turismo y localidad, Sucre podría convertirse en un modelo de desarrollo industrial equilibrado y sostenible en Colombia y América Latina.

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